La filosofía zen se basa en el budismo y en sus principios, que buscan alcanzar la armonía y el bienestar de cuerpo y mente. Trasladado al mundo de la decoración, el zen busca crear espacios tranquilos y ambientes relajados, hogares que sean un remanso de paz en medio del frenético ritmo de nuestras vidas. Si quieres disfrutar de todos los beneficios de este estilo en tu casa, en SIKU Concept te damos algunas de las claves para conseguir una decoración zen.

Simplifica tu hogar

El minimalismo está muy vinculado con la decoración zen, ya que esta busca prescindir de todo lo innecesario. De esta manera se obtienen espacios más abiertos, nada recargados, donde los muebles y objetos esenciales ganan mucho más protagonismo. Por este motivo es importante que elijas bien las piezas que incorpores a tu decoración, que deben ser funcionales, pero también hermosas. ¿Un ejemplo? Cualquiera de nuestras mesas SIKU.

Las líneas puras y la sencillez son fundamentales en este tipo de decoración, como también lo es el orden y la limpieza para poder mantener la serenidad en cada rincón.

Inspírate en la naturaleza

La naturaleza es capaz de calmar nuestra mente, por eso en la decoración zen es fundamental que conectes tu hogar con lo natural.

Madera, piedra, cerámica, metal, tejidos y fibras naturales… son algunos de los materiales más propicios para lograr ambientes armoniosos. En este contexto, todo lo que tenga un origen orgánico o sostenible toma especial relevancia.

La paleta de colores zen también está íntimamente relacionada con lo natural: predominan los colores suaves y luminosos, neutros, tonos tierra y el verde.

Por último, las plantas también son fundamentales en este tipo de decoración: sin duda, los bonsáis y el bambú encajan perfectamente con este estilo, pero cualquier planta natural quedará perfecta en este tipo de decoración. También puedes incorporar algún jardín zen o fuentes de agua, tanto en interiores como en el exterior, para aumentar aún más la conexión con la naturaleza.

Iluminación suave

La luz en un ambiente zen debe ser muy inspiradora. Potenciar la luz natural es fundamental para lograr espacios más amplios visualmente, por lo que los grandes ventanales son perfectos para este estilo.

En cuanto a la iluminación artificial, lo mejor es utilizar lámparas bajas no muy brillantes, que proyecten una luz suave y cálida que invite a la relajación. La iluminación indirecta, en la que la fuente de luz queda oculta y la luz se dispersa reflejándose en el techo, suelo o las paredes, también es una estupenda forma de conseguir ambientes llenos de armonía.

Bienestar olfativo

La decoración zen no solo se preocupa de lo que podemos ver, sino también de lo que podemos sentir. Así, además de cuidar de la energía que transmite nuestro hogar mediante la sencillez, el orden o la conexión con lo natural, el concepto de bienestar olfativo se vuelve esencial en este tipo de decoración. Apostar por el uso de todo tipo de aromas (aceites esenciales, incienso, velas…), sobre todo aquellos más relajantes, sutiles y naturales, casa perfectamente con la filosofía zen en el hogar.